Siempre supo que nos separó, nunca me lo hizo saber
Sus ultimas palabras fueron de dolor y las mías de inmensa tristeza;
Minutos mas tarde su vida ya había desaparecido de la mía.
Teléfonos sonando, llamadas sin respuestas,
Teléfonos descompuestos entre imbéciles letrados y notarios
Mentiras descubiertas.
Heridas que no cierran de una batalla desatada por mi,
Un corazón roto, un lamento desde lo alto,
Miro hacia abajo, veo entre sus manos blancas,
Una niña llorando, una mujer llena de despecho, solo le quedo el triste consuelo de saber que esto fue una mentira verdadera.
Verdades de una ilusa,
Sueños de un Idiota, aferrados a un imposible.
No lo volveré a ver, espero que sus golpes nunca lleguen hacia mi, merecidos quizás!
Hoy pongo un cierre, no aguardo por el, ni sus cuentos, sus historias, sus anhelos y logros de grandeza.
Solo aguardo el anonimato, el tiempo, el olvido...